martes, 24 de abril de 2012

Un Don para el mundo



"La verdad y la belleza van unidas, pues Dios es la Fuente tanto de la belleza como de la verdad.  El arte que se orienta a la belleza, es por ello un camino propio para llegar al todo y a Dios".


No hay nada en la inteligencia que antes no haya pasado por los sentidos, afirmaba Aristóteles. Y son tantas las impresiones de la realidad que tenemos, que a unas las llamamos buenas, bellas y a otras consideramos verdaderas. Pero ¿Es verdaderamente bello aquello que percibimos? ¿Es reflejo de la verdad aquello que llamamos bello? La belleza de este mundo puede ser falsa y su fascinación puede esconder indiferencia hacia la verdad y el bien: “¿La belleza puede salvar el mundo?” –se preguntaba Dostoievski, en su obra el Idiota- pero ¿qué belleza? También los nihilistas aman la belleza. 
¿Acaso  van separadas antropología y estética? ¿Acaso la belleza es un accesorio a lo humano? O ¿esta va unida de forma íntima, intrínseca a la naturaleza del ser humano?
Si no es así el mundo está enfermo, cuya raíz es haber separado y contrapuesto la verdad y la libertad. Desgajada de la verdad y del bien, la belleza se expone a desviaciones demoníacas. Afirma P. Evdokìmov «No solo Dios se reviste de la belleza el mal también lo imita». No aceptar que la verdadera realización de las personas está en la coexistencia de las libertades donde una y otra no se limitan, sino que se ponen al servicio de la otra, realizando así la verdad de su ser (Ser-a partir-de, ser-para y ser-con), es decir haciendo de sus vida un don sincero y desinteresado de si para los demás. Don que solo puede tener su fundamento en el Amor, por ello podemos afirmar que solo el amor es digno de fe; solo él nos permite esperar; y solo existimos desde el amor, para el amor y nuestro destino es el Amor lo cual nos hace bellos, verdaderos y libres, así belleza y amor no se encuentran separados.
Si el mundo está enfermo, está enfermo de amor. Y es esto lo que hace que a veces la mente se canse ante la vida y que  mundo le resulte oscuro, feo y hasta aburrido, viviendo el ser humano en un sin sentido; por ello lo que le puede sanar es el amor, pero no cualquier amor, sino el “Amor”. Si nos quejamos que no hay amor en el mundo, pon amor en tu corazón y entonces ya habrá un lugar en el mundo donde haya amor.

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